domingo, 6 de diciembre de 2009

Valencia, La Habana, Sao Paulo: triángulo prodigioso
Confesiones de Amador Griñó, uno de los más notables curadores de arte en España

Virginia Alberdi Especial para Granma

VALENCIA.— Por sus resultados, Amador Griñó es solicitado por museos, galerías y otras instituciones culturales. Sin lugar a dudas, es un curador de arte exitoso. Pero también por ello se da el lujo de proclamar sus afinidades. "Me seguirán viendo en Cuba con frecuencia —afirma—, pues ahí está uno de los puntos más interesantes del arte contemporáneo. He llegado a establecer un triángulo prodigioso: Valencia, La Habana y Sao Paulo".

Defiende los valores de la ciudad donde vive. Ha sido responsable de que en el mundo se aprecie la azulejería valenciana, la impronta flamenca y florentina en su comunidad, la colección del Equipo Crónica y la experimentación fotográfica de los museos de su comunidad.

En La Habana se han visto exposiciones curadas por él, entre las más importantes, las fotos de Isabel Muñoz sobre el Ballet Nacional de Cuba, La celestina en Picasso y las muy recientes La piel de los hijos de Gea y Cazadores de sombras.

"Allá da gusto trabajar con el Museo Nacional de Bellas Artes y otras instituciones cubanas. Siempre han sido muy receptivos. Me admira ver cómo superan las dificultades. Pero lo que más me llama la atención es el fervor del público. La cultura es un hecho vivo en Cuba, un proceso que involucra a todos".

En los últimos tiempos Amador anda enganchado con las visiones que diversos artistas españoles tienen sobre el camino de Santiago, una de las rutas de peregrinaje más famosas de Europa, y en el que se hacen ostensibles los vínculos entre las huellas ancestrales y las de una modernidad atribulada. Tal es el caso de Concha Pérez, una artista cuya obra fue apreciada en La Habana este mismo año.

"Al organizar estas visiones —acota— no puedo dejar de pensar en Cuba, por el hecho de que un gran escritor vuestro, Alejo Carpentier, haya legado un relato formidable en ese contexto. Habrá que leer nuevamente El camino de Santiago a la luz del arte de hoy".

Este artículo delirante apareció no hace mucho en el periódico "Granma" de Cuba. Sitio singular donde los haya. Lo más curioso es que Amador Griñó no es comisario, sin ir más lejos, de una de las exposiciones que ahí que detalla: "Cazadores de sombras". Esa la realizó, estoy totalmente seguro, Rosa Olivares. Tampoco puede nadie decir, con un mínimo de sentido común, que Amador sea un comisario exitoso, ni siquiera es un comisario. Ha trabajado, durante años como coordinador de exposiciones del Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana. Si ha realizado, en los últimos años, un par de exposiciones no parece que eso pueda considerarse de otra forma que como una actividad "económica" y punto. Todo eso que cuentan de la azulejería o de su promoción del arte es bastante delirante. Espero que no se lo crea nadie o que sea únicamente una de esas cojonudas mentiras que los cubanos saben reconocer a primera vista.

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