domingo, 3 de mayo de 2009


En la inauguración del Armory me enteré de que estrenaban "Guest of Cindy Sherman". Tenía ganas de ver la película y resulta que hoy la pasaban en "Documenta Madrid". Acude un montón de gente supongo que atraído por la "presencia" de la fotógrafa que es absolutamente canónica. Desde el principio es decepcionante. El director Paul H-O se embarca en la historia de su programa de la tele "Galery Beat" en el que visitaban galerias de arte en plan coña. Resulta que tuvo la fortuna de conocer a Cindy Sherman y tras tontear con ella resulta que acabaron de novietes. Así viajaron a inauguraciones y demás saraos. El presentador pasa de una colitis de la muerte a un retorno a la vagancia y al surf. Estaba encantado de haberse conocido a sí mismo hasta que finalmente una gota colmó el vaso: en una cena de homenaje le mandaron a una mesa lejana a su amada y en vez de su nombre se encontró que ponía "guest of Cindy Sherman". El ataque de celos requería ya tratamiento psiquiátrico. Además también le había pasado al novio de Elton John. Parece mentira que haya tenido tan poca dignidad para convertir su ataque de machismo recalcitrante y su incapacidad para comprender su "lugar" en un pretensioso y funky documental. Aparece toda la pomada del arte de Nueva York, algunos con opiniones realmente delirantes. Schnabel no soporta al tal Paul y le pega una bronca que se merece, otros le miran como una garrapata hasta que se encarama al avión privado. Lo que el pobre desgraciado no sabía es que él estaba ahí de prestado. De verdad, en casi una hora no se ofrece nada digno de rememorar, ni siquiera te quedas con el apellido del ex-novio doliente. Este tipo de autorretrato patético no son de mi querencia. Además no es divertido ni reflexivo, no aporta nada a la obra de Sherman (salvo ver con la tranquilidad y seguridad con la que procede al hacer sus poses) ni a la comprensión crítica del arte de nuestro tiempo. Paul pasó por ahí, con poco talento como artista y tampoco con cualidades relevantes como documentalista, pero no se enteró de nada. Ahora es pasado. Tiene ya tatuado su noviazgo. Supongo que en NY se habrán partido el pecho con esta chorrada. Algunos, malos y afilados como son, habrán pasado verdadera vergüenza ajena. A mi que estoy trabajando sobre el camaleonismo me ha servido para recordar lo malos que son los celos. Para quien lo padece porque otros estamos, afortunadamente, curados de esa dolencia infame.

No hay comentarios:

Publicar un comentario